miércoles, 30 de enero de 2013

La Hipocresía se llama oposición.


La Hipocresía:

La hipocresía, es un defecto de carácter habitual en los seres humanos, por ende también en los políticos, habitual no es para mi sinónimo de correcto, vale la aclaración.
A este defecto lo asocio con el famoso “doble discurso”. Estarás de acuerdo conmigo, o no, en que los políticos (utilizando esta palabra como un sustantivo colectivo), habitualmente y más por estas tierras no gozan de una “sana” imagen. Nos hemos cansado de escuchar los típicos chistes que hacen referencia a las personas que practican la política y que son relacionados con la corrupción o con el robo directo a la población. Esto se lo atribuyo, a la cantidad inmensa de gobiernos que han pasado por este país y que se han ahogado en sus propias contradicciones.
Claro, que para ningún político, le sería conveniente cometer un “honesticidio” y declararse corrupto en el medio de una campaña previa a unas elecciones democráticas, vamos a tomar como por ejemplo el caso de los dos últimos presidentes electos más cuestionados, el señor Menem y el señor De la Rua. Ambos han gozado una buena popularidad antes de ejercer el poder ejecutivo, ambos han logrado movilizar a los ciudadanos que depositaron su esperanza y su fe en ellos, con fines específicos, acabar con la crisis que habían dejado los gobiernos anteriores, en el caso del riojano, la super inflación que habitaba todavía la Argentina luego del Gobierno de Alfonsín, y en el caso del radical, la crisis económica en la que nos veíamos inmersos luego del famoso “un peso, un dólar”. No hace falta aclarar, que ambos políticos fueron no solo incapaces de resolver la crisis, sino que la multiplicaron por dos. Quiero pensar que si el pueblo argentino hubiese sido advertido a tiempo de lo que se avecinaba, no hubiese ejercido el sufragio como lo ejerció, pero esto último es solo un deseo personal.
Mirando contemporáneamente el mapa político, vemos como la historia se vuelve a repetir, como nos volvemos a poner a prueba como ciudadanos, si bien los nombres cambiaron, las formas de pensar y ejercer la política son las mismas que hace 10, 20, 100 años, promesas y solo promesas.
Me he cansado de escuchar en el espacio político conservador y de derecha, denominado PRO, hablar sobre la importancia del diálogo y el consenso para un bienestar social. Vale la pena aclarar, que este espacio político, con su líder Mauricio Macri a la cabeza, fue el mismo que prometió, campaña electoral mediante, construir 10 kilómetros de Subterráneos anuales, que desde ya hasta el día de hoy pasado bastantes años de su asunción, no han alcanzado ni el 50% de esa cifra en el total de la gestión.
Volviendo a lo del “diálogo y el consenso”, este hoy por hoy, es el espacio que encuentro con más contradicciones en su discurso dentro del mapa político argentino, se lo puede atribuir a dos factores. El primero es la gran diversidad de gente que compone este espacio político; radicales, socialistas de derecha, conservadores, peronistas de derecha, cómicos, apolíticos, ex deportistas y “hermanos de”.
Y el otro factor, es ni más ni menos, el vacío político. Y es ahí a donde entran las contradicciones a jugar un papel importante para el “avivamiento” de la sociedad. Las contradicciones son constantes y serán ejemplificadas a continuación:

  1. SUBTE: Mauricio Macri, antes de ser elegido democráticamente por los vecinos de la Capital Federal, cometió una de las más recordadas “falsas promesas”, durante un debato con Telerman y Filmus, mencionó que si el llegase a gobernar la Ciudad de Buenos Aires se iban a construir 10km, de subte anuales. El electorado se vio enormemente seducido por esta propuesta, el mismo se vio defraudado al ver que todo quedo en victimizaciónes y mentiras.
  2. BASURA: El PRO ha tomado como caballito de batalla la idea de “Una Ciudad Verde” habitualmente, si recorremos la Ciudad que ellos gestionan, veremos inmensos carteles publicitarios amarillentos, haciéndonos entender que una de las prioridades de su Gobierno es la de una ciudad limpia y sustentable ambientalmente. Déjenme decirles, y cualquiera que opine lo contrario puede recorrer la ciudad en cualquier momento y a cualquier hora, que todo quedo en “marketing”, no solo la ciudad esta mas sucia que nunca, sino que ahora se le suma un nuevo conflicto medioambiental que son las constantes luchas con los paros del CEAMSE y el agotamiento de los basurales de la provincia, lejos de implementar la Ley de Basura Cero, que vale aclarar que es una obligación, ya que es una LEY, se toma la decisión de dejar la basura sin recoger y sin administrar en la calle, pueden pasar días, que ella sigue ahí, contaminando nuestras veredas, causando una verdadera postal denigrante tanto para el turismo como para los propios vecinos que caminan por aquellas calles en donde el olor nauseabundo y las dificultades sanitarias que esta acarrea son una constante.
  3. EDUCACIÓN: El PRO se atribuye una “debilidad y un amor por lo público” que actualmente no se refleja para nada en lo educacional, no solamente la infraestructura en donde los jóvenes tienen que estudiar son paupérrimas, sino cada día que pasa los subsidios a las escuelas privadas son más abultados. En este ejemplo se ve claramente, la desigualdad con la que han tratado a la población últimamente, la educación, la salud y la seguridad, dejaron de ser derechos universales, y pasaron a ser beneficios de aquellos que puedan afrontarlos económicamente, por supuesto la clase alta y la clase media alta.
  4. RESPETO: A simple vista, si cualquier ciudadano se dejara engañar, el PRO parece un espacio en donde el respeto hacia el otro “que piensa diferente” es un mandato y un valor, hasta muchas veces se los ve cuestionando al oficialismo, por carecer de este valor, que ellos pregonan poseer. La hipocresía consta, en que en el discurso realmente se refleja así, pero en el accionar se demuestra todo lo contrario. Tan solo basta con escuchar las últimas declaraciones, del cómico devenido en político y casi Gobernador de Santa Fe, Del sel, para darse cuenta de la hipocresía reinante en el espacio político de color amarillo. Si llamar “Vieja Conchuda hija de puta” a la Presidenta De La Nación es sinónimo de respeto, estamos en problemas, disculpen el vocabulario pero he citado textualmente las declaraciones de este animal. En los últimos días el Gobierno de La Ciudad ha tomado la decisión de enrejar el Parque Centenario, más allá del si “es buena o es mala” la decisión, que déjenme decirles me parece nimia, a comparación con los verdaderos problemas que hoy padecemos como país, se ve reflejado en esta decisión, la falta de respeto y la intolerancia con aquel que no se siente identificado con sus ideas conservadoras. Tuvo lugar en este parque una manifestación, de feriantes, militantes y vecinos. Estos últimos mencionados, vale aclarar, se encontraban en contra del polémico “enrejado”, una posición que es valida en una democracia, el disenso no solo es válido, sino necesario. ¿Cuál fue la respuesta desde el Gobierno de la Ciudad? Si acaso usted piensa que la respuesta fue la tolerancia, el diálogo, el consenso o el debate, se equivoca. La respuesta fue el gas, los palos, las corridas y los disparos. Tan es así, que hasta una periodista de la TV Pública resultó víctima de tres disparos de estos salvajes apodados “Policía Metropolitana”, que supuestamente se encargan de bregar por la seguridad de los vecinos. Imagínense el escándalo mediático que hubiese tenido lugar en la coyuntura política si esta periodista hubiese sido de TN o de los otros medios adictos al Alcalde, mejor ni pensarlo, como fue de un medio estatal, alineado con la Casa Rosada, apenas fue mencionado.

Los ejemplos pueden ser más, es verdad, pero creo haber marcados los principales, a mi entender. Esta es solamente mi opinión, mi forma de ver la actualidad política de la Ciudad y de la gente que hoy se encarga de administrarla.
La hipocresía es un defecto, que si queremos una política clara y sana, debemos combatir, utilizando como armas la educación y la concientización ciudadana a la hora de informarse, y fundamentalmente a la hora de ejercer el sufragio. La responsabilidad es de todos, hagámonos cargo, no es de aquel que miente, es de aquel que “se deja mentir”, es decir de todos nosotros que contempóraneamente escribimos la historia.
Es hora que se vuelva a hablar de política.

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