Resulta
llamativo que en un país politizado, el mapa político actual nos demuestre que
efectivamente hay un oficialismo que hace casi 10 años gobierna este país
respaldado por el voto popular y democrático, pero que también nos demuestra
que hay una escasa o nula oposición.
¿A
que se debe?
A
simple vista, se me ocurre (como a cualquier persona) que las políticas y
proyectos a implementar por la oposición no seducen al electorado. Esta sería
la más simple y convincente respuesta a una pregunta que viene de hace mucho,
pero déjenme decirles, que no creo que sea la acertada, o por lo
menos no en gran parte.
Que
los proyectos de la oposición no seduzcan al electorado es factible, pero
también existen cuestiones más de fondo que le resultan aun más preocupantes a
cualquier amante de la política, como por ejemplo; el pasado, la mentira,
la hipocresía, la sumisión, el marketing.
A
continuación intentaremos desarrollar detalladamente cada uno de estos aspectos
intentando preservar como siempre la honestidad intelectual y comunicacional y
las buenas fuentes, cosa que hoy por hoy no son prioridad en el periodismo que
nos "informa".
El Pasado:
El
pasado es algo que no se puede borrar, que queda ahí perenne y visible a la
vista de cualquier persona con una "buena memoria". Hoy por hoy, es quizás lo que más aterra a la
oposición, mejor dicho, lo que más los condena.
Vamos
con un ejemplo;
Muchas
veces me pregunto el porque del fracaso político de Francisco de Narváez, si
bien en las últimas elecciones a Gobernador de Buenos Aires, su espacio
político ocupo el segundo puesto, detrás del Frente Para la Victoria, hace unos
años quizás se podía imaginar que iba a ser el político sucesor del gobierno
oficialista, recordemos que fue el quien le ganó las elecciones legislativas ni
mas ni menos que a Néstor Kirchner. El "colorado", como lo apodan
dentro del ámbito político, ganó esas elecciones mencionando un preciado
"plan" para la seguridad, que de ganar iba a implementar en la
provincia de Buenos Aires, un área difícil, con problemas profundos en materia
de seguridad. Fue así, que ganó las elecciones. Ustedes se preguntarán ¿Cuál
era el plan de seguridad? ¿Se implementó? La respuesta es NO, no solo no se
implemento, sino que nunca supimos cual era ese famoso "plan", lo que
se me viene a la cabeza, es que jamás existió, que fue una "artimaña"
política para seducir a un electorado preocupado, con todo derecho, por un
problema que a veces parece no solucionarse. Fue una GRAN mentira. No solo eso,
sino que Francisco De Narváez, en deshonra de sus votantes, fue uno de los
legisladores que menos concurrió a su trabajo, es decir al Honorable Congreso
de la Nación. Lejos de pedir disculpas o dar alguna explicación del por que de
su escasa concurrencia al congreso en representación de las personas que confiaron
en el, se encarga de integrar polémicas con personas del espectáculo y del
ambiente futbolístico y de sacarse fotos simulando cocinar para luego
subirlas a su red social preferida, Twitter. ¿Acaso alguien con "buena
memoria" ya sea del partido que sea o de la ideología política que tenga,
volvería a votar a este político? ¿Aún existe la condena social?
Otro
ejemplo no tan mencionado por los medios que hoy se encargan de desinformarnos
es el de la UCR. Un espacio en constante "renovación".
La
última vez que este partido centenario se encargó de representar al país en el
Poder Ejecutivo fue en el año 1999. Fernando De La Rúa, asumía la presidencia, mostrándose
como una persona inteligente y capacitada para resolver la crisis en la que se
veía inmerso el país. No hace falta mencionar, que todo fue un gran fracaso, no
sólo no estaba capacitado para solucionar nada, sino que sus decisiones
políticas a nivel social, cultura, política y económica hundieron aún más al
país en esa crisis, detonando su gobierno en el año 2001, y resolviendo su
salida y renuncia huyendo en un helicóptero presidencial. El centenario partido
no ha sabido demostrar su “capacidad para gobernar”, esta, que hoy se adjudica
poseer. Vivimos en el país del “borrón y cuenta nueva”, vivimos en el país en
donde las personas que se han encargado de hundirnos, hoy alardean en canales
televisivos sus dotes políticos y denigran a los encargados de hoy en día de
representar institucionalmente al país, potestad que se la ha ratificado el
pueblo argentino, en su mayoría en las últimas elecciones.
A
la UCR la condena el pasado, este partido que se dice progresista y de
centro-izquierda, es el mismo que tiene como ejemplo, que tiene en un pedestal
a su máximo representante ya fallecido “Don Hipólito Yrigoyen”, este personaje
que se ha encargado de mandar a masacrar obreros, con la Sociedad Rural, con
los diarios más importantes y con el ejército nacional como máximos aliados, en
la Patagonia através de las armas ejercidas por Correa Falcón.
La
Unión Cívica Radical no va a poder hacer caso omiso, a un pasado lejano y
presente, que lo hunde cada vez más en esta crisis institucional que hoy lo
acecha como partido, la solución no es buscar aliados y armar frentes políticos
pobres de contenidos, la solución, en mi humilde opinión, es pedir perdón por
los errores cometidos, blanquear aquellos errores, y buscar una renovación
institucional y una renovación en la credibilidad que han hecho todo lo posible
por perder, luego de bastas pruebas acerca de la mediocridad de sus ideologías.
Lo
que más me preocupa de este espacio político, no es su viejo líder en aquel
2001, sino su gabinete, aquellas personas de segundo lugar, que integraron
aquel gobierno, muchas de ellas son hoy diputados de la nación, y muchos son
los que se encargan de dar lecciones de progresismo en estudios de televisión o
en columnas de los principales periódicos, el “progresismo” que han demostrado
es la rebaja del 13% en los haberes jubilatorios, es la represión y el
asesinato en manifestaciones populares, es el hambre y la miseria, es la ausencia
del estado en las áreas más sensibles de la política, es la huida, es la
riqueza para algunos y la pobreza para la mayoría de un país que había puesto
su voto de confianza en ellos.
Mi
humilde objetivo es contar a mi entender, y basándome en datos verídicos mi
punto de vista acerca de la política contemporánea y en este caso del pasado
político de nuestro país. No me interesa tener la razón, no me interesa quedar “bien”,
me interesa la honestidad ciudadana, y que de una vez por todas llamemos a las
cosas por su nombre, y antes de escuchar lo que tienen para decirnos personas
que anteriormente nos han “defraudado institucionalmente”, tengamos un poco de
memoria.
Solo
eso, me parece que ya es hora de que se deje de hablar de cosas superfluas y vacías
de contenido, me parece que ya es hora que se hable de política.
Nota:
Los demás contendidos anteriormente escritos y pendientes en esta nota (La
mentira, la hipocresía, la sumisión, el marketing), van a ser desarrollados posteriormente en
notas futuras.
Seguínos: @solopolitica1
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